Un campesino paseaba con su perro
por las tierras de un hombre ya muy rico.
Poseía tambien tan alto cerro,
que descendían las nubes a su pico.
Al ver la sombra de un árbol,
le dijo a su fiel amigo:
“descánsate aquí conmigo,
sobre estas piedras de mármol”.
¡En eso, que lo mira el rico
que andaba en su buen caballo,
y girándole el hocico,
se le lanzó como un rayo!
¡”Esta es propiedad privada.
Lárgate de mi hacienda.
Más vale no digas nada
para que yo no me encienda”!
El campesino discreto se levanta prontamente
para mantener la paz;
y mirándole a la faz,
le dice muy lentamente...
¡"Este mundo es una esfera,
que va girando en escala;
el rico viste de seda,
y el pobre de manta rala;
el consuelo que me queda,
que la muerte nos iguala”!
Autor:Bernardo Arzate