Caía una tenue llovizna
Agua bendita caída del cielo
En la sequía de mi alma.
La mandé vestir de blanco
Le puse entre sus dedos
Un rosario de perlas.
Rechacé el lujoso panteón
La mandé poner bajo tierra
Como heroína de la vida.
Caía una tenue llovizna
Agua bendita caída del cielo
En la sequía de mi alma.
Ruega por nosotros
Ahora y en la hora
De nuestra muerte. Amén.