Bien sabido es que el hombre libre
tiene derechos y deberes.
Bien sabido es que cada derecho
acarrea una obligación.
Entones hoy dictara mi alma los propios,
los que le pertenecen a nuestro juego de atardeceres:
Tienes derecho a mantener mi alma en vela,
Y la obligación de hacerlo constantemente.
Tienes derecho a poseer mi mirada,
Y la obligación de bañarla con tu tez morena.
Tienes derecho a guardar silencio a mi lado,
Y la obligación de compartirme tus secretos callando.
Tienes derecho a mi...
Pero esto no te obliga a ti, sino a mi alma:
A amarte con mi locura ilimitada.