¿Qué sería de ti, Padre de mi alma si tu corazón, aun latiera?
Estarías sonriendo por tu Añora, con tus hijos, Mujer y nietos
Retirado de todo trabajo, posado solo en el descanso y tus partidas
El julepe, que tanto llenaba tú tiempo, de descanso y tus mejores, ocios…
¡Corazón que ocupaste, en el cuerpo de mí Padre, vuelve á latir!
Y que vuelva tu alma á la tierra y tú, conduciendo el autobús
Con la sonrisa á flor de piel, contando anécdotas de tu, existir
Miles de pasajeros, aun recuerdan tu manera, de llevar el bus…
Haciendo de las sendas paradas, sin importarte, las señaladas
Porque eras tan bueno Papá, que te ganabas á las gentes
Con tus maneras de ser, en las alegrías y en tus buenas, andadas
Caminando con la verdad de Modesto, un conductor inteligente…
Que hacías de tu trabajo, un serio y risueño, al mismo tiempo
Ya que tu filosofía eran, las buenas acciones y sentidas, emociones
Que te hacían cantar, con el grito de la alegría muy, desmesurada
Cuando cantando Granada, salían mil gritos de tus sensaciones…
Emocionante y al mismo tiempo, haciendo vibrar á tus viajeros
Esos recuerdos, tengo yo de ti Padre de mi ser, de mis andadas, soñadas
En donde tu corazón latía y tú alma alimentaba, á tus pasajeros
Que en el transporte y en la vida, aun recuerdan á, Modesto y sus paradas.
¿Sí tu corazón aun latiera? ¡Tendrías ochenta y un años y estarías paseando por tu Añora y echando tus partidas, Papá!
¿Por dónde rodara, tu Autobús?
Modesto Ruiz Martínez / 20/03/2013