Lluvia insesante que no para de caer
gotas y gotas de agua, caen sobre el camino
hasta inundar todo a mi alrededor...
Empapado mi ser
enceguecida mi visión
queriendo apresurar el paso
debo andar cada vez más despacio
y con cuidado de no deslizarme
por el agua de lluvia que cae sobre el camino...
La noche se presta cada vez mas oscura
y el cocuyo que me alumbra
parece que se desvanece
entre la noche y la lluvia...
Queriendo llegar rápido
a refugio seguro
debo tener paciencia
para al menos llegar seguro...
Despacio, cada vez más despacio
seguro de cada paso
para poder avanzar
sin salirme del camino...
Relampagos, fugaces
alumbran el horizonte por un instante
mostrando la belleza del camino
con su luz incandecente...
Truenos, ensordecedores
que sacuden hasta el cuerpo
te despiertan y previenen
de la fatiga del día...
Héctor Molina
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