ALVARO J. MARQUEZ

ADIÓS

"Ese amor que me iluminaba,/ que estar en mis sueños ya no pretende,/ era claridad que no se apagaba/ y hoy es luz que no enciende".


Con la escena para decir adiós dije hasta luego,

ya no tuve para despedirme el valor suficiente,

iba dispuesto a dejarlo todo, eso no te lo niego,

con las palabras elegidas grabadas en mi mente.

 

Pero viéndote ante mí en el momento preciso,

las palabras adecuadas no se atrevieron a salir,

eras la razón de mi vida y el corazón no quiso

con la misma razón de vida, empezar a morir.

 

Resignarme a no verte más se hizo cuesta arriba,

hay ausencias que siendo perennes no se resisten,

como algún poema que se niega a que lo escriba,

versos que se deben desnudar y no se desvisten.

 

Pero el tiempo pasa ahora incesante, implacable

y la voluntad que antes no tenía, quizá ya la tenga,

que llegue a olvidarme de ti se me hace probable,

que no me dañe tu recuerdo, venga de donde venga.

 

Porque el amor suma, pero la indiferencia resta

y te va transformando lo que hay en otra cosa...

No te niego que no quererte todavía me cuesta

y que el dolor de no tener tu piel, mi piel roza.

 

Pero van pasando los días, pasando los meses

y yo ya voy tomando las cosas con más calma,

veo tus fotos y cada vez menos te me pareces

a aquella mujer hermosa que amé con el alma.

 

Voy uniendo fuerzas para el instante definitivo

cuando sonriente me diga que por fin te olvidé,

que veas que soporté ausencias, que estoy vivo,

que la página de tu historia de mi libro arranqué.

 

Si acaso a estar un día de nuevo frente a ti llego,

que exista firmeza en mis pasos y en mi voz...

Tú pensarás que una vez más te diré hasta luego

y yo dándote la espalda murmuraré... adiós.