Sanando heridas
Siempre hay que sanar heridas
Cuando los días pasan sin medida
Trayendo y llevando estallidos
Abordando bien los peldaños
Convocando a la sublime eficiencia
Que, nos deja fluir la conciencia
Es muy hermoso tener prudencia
Para ganar siempre su clemencia
Nativos del amor eterno somos
Átomos del gran y sublime cosmos
Aun cuando a cosas mundanas nos inclinamos
Simplifiquemos y coleccionemos actos eternos
No perdamos tiempo, como cabra que tira su leche
Estemos siempre alerta, dejemos que su amor nos fleche
Somos almas que estamos
Pero de su luz divina siempre nos alejamos
Nos cansamos siempre de los quehaceres mundanos
Y del timbo al tambo siempre brincamos
Culpando a este, al otro, aquel, siempre nos pasamos
Y se nos hace difícil unir nuestra mano con su mano
El brillo de nuestros ojos se va tornando opaco
Solo brilla cuando la lujuria lo toca, que caótico
Que brillen nuestros ojos de inocencia infinita
Es esa la bondad que todos los días nos invita
Clausuremos todos nuestros días con amor
Esperemos la noche para realizar al señor
Levantémonos a las tres a hacer la devoción
Así despertaremos nuestra convicción
Con mi amor de siempre
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