Me gusta verte peinando
tus cabellos con los dedos.
Estás saliendo del sueño
y acabas de levantarte,
para vivir la mañana,
para soñarla despierta,
y vas abriendo las puertas
los balcones y ventanas,
y preparas el café,
desayuno con tostadas,
zumo de frutas con miel,
mantequilla y mermelada…
Y vas recortando en papel,
corazones, que me abrazan
que testifican la fe
con que siempre me acompañas.
Y miras por la ventana
y aunque el día esté nublado,
se te ilumina la cara
y te pones a mi lado
para decirme con calma:
"¡Qué bonita la mañana
para seguir abrazados!"
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