Cuando yo sea viejo,
arrastrare la alegría
de los logros cumplidos
y, la tristeza infinita
del tiempo perdido.
Cuando arrastre mis pies,
y mis manos tiemblen,
quizás, pueda pensar,
que, mi vejez comenzará.
Cuando sentado al atardecer
contemple a los niños correr
y consiga semejanzas conmigo también,
entenderé que mis hijos,
crecieron! Muy bien !
entonces rodeado de nietos seré.
Cuando yo sea viejo,
¿ que haré ?
Quizás una vieja conmigo también
comparta la dulce o la agria miel
que vieron los años y días correr.
Y ese día pediré,
Oh Dios,
déjame, déjame saber
que mi andar fue firme,
como la montaña y el viento,
como los años que se repiten
uno y otro sin ver.
Y en ese preciso momento
rodeado de todos,
mis hijos, mis nietos,
y usted, mi compañera de viaje, tal vez,
en ese preciso momento descansare.
Quisiera con el tiempo entender
la razón de la vejez,
es cierto que pueda tener los años de Matusalén,
o simplemente los de cualquier ser.
Yo solo pido tener los necesarios
para ver a mis hijos crecer.
Cuando yo sea viejo,
Cuando yo sea viejo,
Gracias te daré señor
por haberme rodeado
de tanta alegría, comprensión y amor.