¿Podría, el mundo que importas, alejarse de ti y de mí?
Renunciar a tus caricias, a tus besos: a esa compañía;
dejar de lado (como si nunca hubieses existido) tu ser;
relegarte, sin pedir permiso a la memoria de lo vivido.
Mientras lo cuestiono, mas improbable lo será esta vez.