Deja que mi verso
penetre tu alma,
y nade contento
en tus propias aguas.
Deja que mi verso
llegue a tu existir,
y ya en tu aposento
te haga dormir.
Deja que mi verso
florezca en tu jardín,
y de modo escueto
te hable de mí.
Deja que mi verso
renazca en mis rimas,
y surja discreto
en forma genuina.
Deja que mi verso
ilumine tu cara
y te quite el aliento
de forma muy rara.
Deja que mi verso
proyecte sus letras
y desde muy adentro
de a poco florezca.
Deja que mi verso
sus ansias derrita,
y busque en tu cuerpo
tus cosas bonitas.
Deja que mi verso
con su letra clara,
se haga más intenso
si llega a tu alma.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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