Al caer la tarde
la luna llena vi salir,
se asomaba y se escondía
entre blancas nubes,
como si quisiera conmigo jugar.
En largo acecho estuve, y al fin
en una de sus evasivas, atraparla pude.
Con temerosa voz
le pregunté,
como siendo tan hermosa, tan esquiva era.
Con ternura la luna me miró
aprovechando el momento, los dos
Largo y tendido charlamos
de mi amor por ti.
Copiosas palabras
cruzamos,
cariñosas sonrisas también.
Con voz melodiosa, un consejo al oído
musitó.
Ámala con intenso cariño,
de su querer no dudes, feliz te hará.
Guiñando un ojo
se ocultó
bambam