Madre
¡bendito sea el fruto
de tu vientre!
Bendita tu infinita bondad.
Hoy, Madre, te quiero dibujar
dibujar las ramas del árbol
que me dan cobijo, caricia y alimento,
(Son tus manos y tus brazos).
Dibujar las nubes de esperanza
que con mucho orgullo
nos muestran tu paso por la vida
y tu necesaria experiencia.
(Es el cabello cano que adorna tu cabeza).
Dibujar las rastras
que abrieron el surco de los caminos
que transitaste, y nos ayudaste a transitar,
con la sabia paciencia del luchador.
(Son tus piernas y tus pies).
Dibujar también la sabia dulce
de calor y alimento que me dieron tus pechos.
Quiero dibujar la solidaridad,
la esperanza y la fe, que orientan nuestra vida.
La fuerza de tu convicción
¡mañana es mejor!
en la visión amplia del deber.
(Es tu rostro y su expresión).
Y en este momento infinito
quiero dibujar y no puedo
porque aún no termino
de merecerlo completamente.
Quiero dibujar y no puedo
porque es más ancho que la vida misma.
Quiero dibujar y no puedo,
dibujar tu corazón
Madre querida.