Inocente amor
que nació
a la sombra,
bajo el surco
de la tierra
muda.
Amor ingenuo
bajo la espada
de un remolino
de olvidos
donde la tarde
calla.
Vino
a dejarte rosas
la niña
que se quedo
muy sola
atrada
en la piel
del tiempo,
donde vuelan
los sueños.
Vengo a dejar
en la arena
espinas
de secas rosas,
instantes
que son memoria
que me dejan
las caricias
de una frágil
soñadora
que aun
por el mar
quiere ser
mariposa
para volar
entre olas
por una vez
quiso
ser gaviota
en la jungla
del querer
donde el amor
se ahoga.
Ana@ocaña