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Indomable

 

« Imposible resulta

captar la inmensidad de la poesía,

cuando nuestro entender es fiel esclavo,

súbdito encorsetado que se ciñe

a un molde concreto, a un único orden.»

 

(I)

 

Las mentes... y sus incontables combinaciones.

Cada quién; alimenta,

baraja sus sentidos tras la escucha.

Transmite en este mundo,

de forma originalmente peculiar.

 

Aunados; el carácter con la capacidad,

ambos, juntos refieren.

 

Sobre las vueltas de las aspas y los molinos.

Sobre torres, colmenas y castillos.

Sobre bellas princesas condenadas

al encierro y feas bestias libres.

Sobre el grano y la espada,

el ariete y la azada,

o el puño y el martillo.

Al respecto de ricos comerciantes

que opulentos le niega

el saludo y el pan

a los pobres mendigos.

Sobre antiguos y nuevos diluvïos

o épocas de sequía irrespetuosa

que abatió la cosecha de granjeros.

Sobre los juramentos. O promesas

que se asomaron a los ventanales

con intensos colores,

y acabaron por ser... sólo... claroscuro.

 

Todo parece que pueda expresarse,

distanciado de estructuras,

alejado de medidas.

 

Pero, añadiéndole la propia garra,

que exclusiva, seguro se presenta,

con cada identidad.

 

(II)

 

Inservibles: los números.

no alcanzan a contar.

Del alma; sus viajes.

Del cuerpo: sus virtudes y defectos.

 

Ordenados: los versos

extienden un millar de perspectivas,

las posibilidades existentes.

Tornándose elocuentes,

hasta al mismo infinito multiplican.

 

(III)

 

Nadie puede.

Nunca cabe.

Nadie debe

decidir: cuáles son los dominios,

dónde se encuentra, como se construye

o cual es;

la útil y verdadera poesía.

 

Ninguna jaula ha de servir para encerrar,

el melodioso canto: el vuelo celestial

que vivifica; con suma belleza,

y desde su alza, ¡siendo pregonera!,

los trajines sujetos a esta vida.

 

Tanto la consistencia

que anda amarrada al peso absoluto;

como el soplo intuitivo de ficción,

que augura y presupone.

 

Ninguna jaula servirá para atrapar,

a un pájaro capaz,

de igualmente hacer nido que trinar,

con fantasiosa benevolencia racional,

sobre las ramas que le cede cualquier árbol.

 

318-omu G.S. (Bcn-2013)