Equívoco para mi suspiro
apagándose en un infierno
que fustigaba vuestro reverso.
Me motivaba el cuarto
al tanto que mi deseo de amar
acometía mi pupila rojiza,
de tanta ginebra y humo,
y prolongaba mis labios
hasta un lúbrico altar
de fuego demasiado efectivo.
Sólo borracho me consolaba
paladeando una brizna de nalga.
Kabalcanty©2013
(Ilustración de Deolinda Martins)