En solemne quietud me hablas Señor,
atenta escucho tu voz de amor,
gratas noticias me dices al fin,
terminan mis ansias, también mi pesar
se que en tus brazos podre descansar.
Se rompe el silencio, se escucha otra voz,
el mundo y sus penas me abaten Señor,
mas un viento suave acaricia mi sien,
y vuelvo en tus brazos refugio tener.
El torpe vivir me preocupo sin fin,
problemas abaten, me hacen sufrir,
en ti tengo abrigo, consuelo, perdón,
la fuerza que anima y me hace mejor.
Me enfrento al reproche del mundo falaz,
personas critican y hacen llorar,
tu mano me alienta, me abraza tu amor,
me duermo en tus brazos mi buen Salvador.
No importa mi vida a muchos quizás,
tal vez me apedreen me aplasten también,
tu me levantas, me haces brillar,
reparas mi alma y me dejas soñar.
Muchos no comprende porque te amo así,
si mi tiempo es efímero, habrá de acabar,
mas se mi Señor, porque lo has prometido,
que preparas a tu lado un hogar para mi.