Dejaré que el mar arrastre mi corriente
y me conduzca sin más a la deriva,
soy agua de río dulce y del poniente,
del horizonte azul, que a la noche esquiva.
Seré gaviota buscando una escollera,
haz y retoño remontado en calma,
rumor de invierno venido a primavera
para extirpar el dolor que escondo en mi alma.
Fuego centelleante en mi interior habita,
de desbocados destellos fulgurantes,
que por amarte mi corazón palpita,
y de rincón en rincón vibra como antes.
Sabes que yo puedo amarte de mil formas,
porque tu siembras amor y mis regazos;
porque a la hiel en mieles la transformas
cuando me haces fenecer entre tus brazos.
Mi amor, mi incondicional sueño adornado,
luz de mi alma sedienta, que en paz te espera,
simiente de vida y otoño olvidado.
Mi amada inmortal, mi vida te venera.
JULIO CASATI