Fue atormentado,
pero en la angustia
y la tristeza….
Él nos consuela.
Fue abandonado,
pero en la desolación
y la espera…
Él nos acompaña.
Fue maltratado,
pero en el infortunio
y desesperanza
…Él nos alienta.
Fue traicionado, pero en el desengaño y la decepción…Él nos escucha.
Fue azotado, pero en el dolor y el sufrimiento…Él nos sostiene.
Fue provocado, pero en la ira y la ofuscación…Él nos calma.
Fue humillado, pero en la vergüenza y el rechazo…Él nos acepta.
Cuando todos fallan
y abandonan…
Él permanece.
Sólo un hombre,
Hijo de Dios,
incondicional,
verdadero amigo
de tal magnitud de amor
dió su vida
por ti… por mí
en medio de la vida está,
y al final del camino
con su amor inagotable
y compasivo
y aún en la cruz,
extiende sus brazos…
aún nos espera.