helldrake

400

400 cuestas encajadas entre ceja y ceja.
De diamante es el brazo del bastardo afortunado.
De póker envenena su risa.
Bosteza entre delirios sus riquezas, abrochando calaveras.
Se enfunda de diosa levita la sanguijuela pimpinela de la viruela.
De sombra depravada sangran a cientos sus puñaladas.
El alma es oxidada, de vida vagabunda, de tórrida zancada.
Herodes, un escocés, un marqués y un tuerto tragahombres son de noche contrincantes sin descartes.
Al alcohol sin control y cargadas napias al compás del croupier perdonavidas, mientras satanás a sabiendas les saca las tripas.