He dejado huellas.
Algunas son débiles, imprecisas
como las que dejan las pequeñas palomas
en la arena, y la suave brisa borra
Una sonrisa, una mirada bastan
para que sepa que allí están.
Otras son más profundas
impresas en húmeda arcilla,
torneadas con esmero, tal el alfarero
sapiente y amoroso para lograr, “la pieza”
que lo proyecte como Artista
y llevarla al escaparate;
mientras en mí, crece la ilusión
de que él será feliz.
He dejado huellas. ..
Las que más me costaron dejar,
las que me ofrecieron resistencia
como el mármol al escultor;
las dejé, compartiendo, arrancando,
puliendo, contemplado, sonriendo,
temiendo y agradeciendo.
Esas esculpidas entre dos,
entre aciertos y errores,
con amor, alegrías y lágrimas.
Siempre juntos y aprendiendo.
Esas… Esas las veo presentes en nuestros hijos.