Todo fue del revés desde entonces;
nos dijeron del aura apolínea
desde un arrugado púlpito
que gastaba palabras incontenibles.
Nada debería resultar extraño:
ni bola sonrosada que nos domeña
ni el esplendor masticado en vano.
Kabalcanty©Marzo 2013
(Ilustración de Arlette Gagnon)