Antonia Ceada Acevedo

Una humilde lección

Una humilde lección

 

 

Ay amor, mi amor…ya, cayendo la escarcha en tu pelo y yo tapando con maquillaje algunos pliegues  en  mi sonrisa…

Van  creciendo  nuestras plantas cada una en su jardín  y de la mano de otros jardineros, pero  van creciendo…¡Dios mío como crecen…!

Y aún no te tengo.

Yo ,que siempre creí en la complicidad de los astros cuando se desea algo con fuerza…Pero una cosa es creer y otra ver, dicen…

Quizás, sólo quizás ,sigues mendigando el beso  eterno.

Quizás, duermas en su boca o en otras  bocas, imaginándote en la suya…

Quizás, te conformaste de nuevo con la alambrada con la que aislaste tu corazón del resto del continente que vive y muere en tu piel.

Mientras yo aquí, como siempre, soñándote…esperándote

Y me enciendo en esas canciones que tanto me gustan  desmenuzar; con ellas sigo idealizando tu alma…ay tu alma, alma mia, tu alma…

Y con cada nota yo escribo un verso en un pentagrama  con una principesca clave de sol…mi sol…

Ay amor,amante ciego de la poeta,amante dormido  de la poesía ,amante vivo de la mujer;otra mujer.

-¿tán difícil era,es amarme?

Púes sí, es verdad amor, es casi imposible amarme porque no lo consigo ni yo…

 

 

Para ti amiga/o  una humilde  lección.

 

 

Siempre Antonia Ceada Acevedo