Una humilde lección
Ay amor, mi amor…ya, cayendo la escarcha en tu pelo y yo tapando con maquillaje algunos pliegues en mi sonrisa…
Van creciendo nuestras plantas cada una en su jardín y de la mano de otros jardineros, pero van creciendo…¡Dios mío como crecen…!
Y aún no te tengo.
Yo ,que siempre creí en la complicidad de los astros cuando se desea algo con fuerza…Pero una cosa es creer y otra ver, dicen…
Quizás, sólo quizás ,sigues mendigando el beso eterno.
Quizás, duermas en su boca o en otras bocas, imaginándote en la suya…
Quizás, te conformaste de nuevo con la alambrada con la que aislaste tu corazón del resto del continente que vive y muere en tu piel.
Mientras yo aquí, como siempre, soñándote…esperándote
Y me enciendo en esas canciones que tanto me gustan desmenuzar; con ellas sigo idealizando tu alma…ay tu alma, alma mia, tu alma…
Y con cada nota yo escribo un verso en un pentagrama con una principesca clave de sol…mi sol…
Ay amor,amante ciego de la poeta,amante dormido de la poesía ,amante vivo de la mujer;otra mujer.
-¿tán difícil era,es amarme?
Púes sí, es verdad amor, es casi imposible amarme porque no lo consigo ni yo…
Para ti amiga/o una humilde lección.
Siempre Antonia Ceada Acevedo