Ya no hay un destino,
solo cariño,
un viaje sin viajar,
la voz que no se tiene.
Tú no me llamas y yo no voy,
no me esperas ni me esperes,
no me esperas
y sin embargo la lluvia vuelve,
una y otra vez llueve
sobre tu ciudad agitada,
sola la gente corre,
sola como torres
arremolinadas,
torrente de gente
y ni un solo beso.
Aquí la calma me estremece,
y ya
me siento también
tan solo.