Sepulcro

UNA VEZ MÁS...


Como una sombra,

así te me prestas,

elevándote desde el suelo

tal vez desde allá

-desde lo averno-

trayendo en tu boca

la ironía mordaz

de la sonrisa que anuncia

enloquecedor y presto final.


Trepas, enredadera

tornas de abrasador fuego

que consume la firmeza de mis piernas.


Hiriente...


Me estremeces, tiemblo,

descubriendo en tus ojos

acecho de la manada de lobos,

retoños de las cenizas de los muertos,

que escalando por mi vientre

acorralan mis senos.


Y te me antojas así, una sombra,

lasciba, gloriosa y eterna,

que de humo envuelve mi piel,

la contamina e instiga a dejarse de ti,

de tus pulmones cargados

del cuello que te entrego

elevando de mi garganta al cielo

mezcla de gemido y lamento,

que se hará agua.


Caerá bañándonos por fuera,

embriagándonos por dentro,

cuando caprichosas cadenas de fría presura

se vuelvan de nuevo tus dedos,

grilletes de libinidosa tortura

que retengan alzados mis extremos.


Para así, disponer a tu antojo

de esta presa que desvanece,

capturada, entre tu frente

y el blanco tabique

al que entregas mi espalda.


Hasta saciarte, hasta saciarme,

hasta el próximo crepúsculo

en que no pudiendo amarme,

has de volver a ser sombra,

has de volver a devorarme.




*Reservados todos

los derechos de autor.

F.B.V.