Es el ego complacido,
cuando se hace un pecado,
pues rápido se ha pasado
el placer que se ha sentido.
Pues perdiendo la cordura
se entra en el desenfreno,
y aunque el placer poco dura,
el ego se siente lleno.
En realidad es fracaso,
a la paz y la armonía,
y tal vez en el mismo día,
el placer se hace escaso.
El dolor de haber pecado,
nos sigue por mucha vida,
por haber abandonado,
lo que muchos han llamado:
"una vida aburrida".
Autor:Bernardo Arzate