Te conjuro mi vida a que me digas
el por qué me ha hechizado tu alegría,
si es que sola mi alma quedaría
al tener de tu amor tan sólo migas.
Dolorosa distancia y sus intrigas,
confinada al dolor de tu porfía,
y si poco comprendo vida mía
es por qué a este convento me castigas.
Mas perdona, mi amor, de sus rigores,
separarnos es culpa del destino,
consiguió abandonarme con dolores
y alejó tu pasión de mi camino;
del suplicio saldremos vencedores
con la fuerza de este amor divino.
Crystal CG.