Elida Isabel Gimenez Toscanini

ALBORADA

 

 No habrá olvido,

las reliquias

 de los cuerpos

 que perdimos,

 tan temprano

 en cada herida,

 retoñarán aladas

de savia

sin Otoño

porque son

como el árbol talado

que retoño:

Porque aún

tenemos la vida*

Ellos

tan jóvenes,

tan nuestros,

al silencio,

por siempre

condenados

Sus voces,

ahora retumban,

su presencia,

el aire perfuma

Ángeles custodios,

guerreros del espacio

mariposas brillantes,

volando a nuestro lado

Tanta sangre derramada,

tantas lágrimas vertidas

a  la mar  han nutrido

Sangre y lágrimas

convertidas

en soplos de  briza,

hoy besa  las mejillas,

de los que luchan y caminan

El cielo esparce la lluvia

refrescando

las almas agobiadas

Y al despertar el sol

florecen  otra vez los campos

Entre la hierba brota

el alma de los muertos,

indignada,

reclamando a gritos

la justicia sepultada

Los corazones palpitan,

encienden  jubilosos

las antorchas,

en  las manos estrechadas

es la luz  anunciando

una nueva  alborada,

por fin, nace la verdad

es el milagro de la vida,

que explota  en las miradas

 

Elida Isabel Gimenez Toscanini