*** Versos de la Rosa ***
*Ardorosos*
Cuanta tragedia esconde vuestra pasión de amar
distorsionando la ilusión de placidez de quererse,
cuando prospera tú desconfianza de una traición
el extravío de pasión revierte en torbellino cruel,
que importuna la placidez soberana del bienestar
envolviéndola con ese amargo sentir de los celos.
*Sospecha*
Esa enfermedad que envuelve al corazón turbado
mata tu sana oportunidad de sincerar un amarse,
porque la sospecha de traición gana tus sentidos
que arruinan esos instantes de placidez del alma,
adobando entre tu bilis de ira el corazón amante
que quiere egoístamente acaparar el saber amar.
*Tramposo*
Cuando ese virus de los celos alumbran tu hogar
pregúntale al quejoso amante que puedes hacer,
si deseas seguir su ruta de la verdadera felicidad
para tratar de realizarte sin un agobio por penar,
consigue que la encelada pareja encuentre amor
envuelto entre el amaneramiento de la amistad.
*Estafador*
Una perjura supuesta es peor que una verdadera
cuando para concebir sanarla hay que traicionar,
la medicina para los celos enfermizos es el amor
para que detone el mal que acumula la obsesión,
descarando tu promiscuidad sin tapar este ardor
que erradicará sus celos cuando tornes al hogar.
*Iletrados*
Celos con prudencia consentida alumbran tu ser
porque es vital el sentir la propiedad de amarse,
procurando que el tufo de infidelidad se suprima
encerrando el hogar de merecido afecto sensato,
cuando esa confianza del amor perfecto y seguro
envuelvan este encelado corazón con la felicidad.
*Felicidad*
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
25 de marzo del 2013