Asi te encarnaste
en mi alma
con trazo
simple
sin rasgaduras o
engaños...
Tú me hiciste
sentir reina
cuando aún no
sabías que ya
eras príncipe.
Sigo esperando
ese día...
Ese hombre de
caballo alado
que supo poner
alas a mis sueños...
Aquel que me siga
haciendo soñar
que todavía
exsisten sueños...
Y con ellos me
quedo acurrucada
en silencio
escuchando el mar
bajo un pino la brisa
de las hojas
porque aún te
pienso y sigo
sintiendo que
ya no puedo
vivir más
sin ti...