Nicolas Ferreira Lamaita

EL ADIOS ( Tango )

En la tarde que en sombras se moria,
buenamente nos dimos el adios;
mi tristeza profunda no veias
y al marcharte sonreiamos los dos.
Y la desolación, mirandote partir
quebrada de emoción mi pobre voz...
El sueño más feliz moria en el adios,
y el cielo para mi se oscurecio.
En vano el alma
con voz velada
volco en la noche la pena...
Solo un silencio
profundo y grave
lloraba en mi corazón.

Sobre el tiempo transcurrido
vives siempre en mi,
y estos campos que nos vieron
juntos sonreir,
me preguntan si el olvido
me curo de ti.
Y entre los vientos
se van mis quejas
muriendo en ecos,
buscandote...
mientras que, lejos,
otros brazos y otros besos
te aprisionan y me dicen
que ya nunca has de volver.

Cuando vuelva a lucir la primavera,
y los campos se pinten de color,
otra vez el dolor y los recuerdos
de nostalgias llenaran mi corazón.
Las aves poblaran de trinos el lugar
y el cielo volcara su claridad...
Pero mi corazón en sombras vivira,
y el ala del dolor te llamara.
En vano el alma
dira a la luna
con voz velada la pena
y habra un silencio
profundo y grave
llorando en mi corazón.

 

Virgilio San Clemente

Maruja Pacheco Huergo