Y ahora estoy pensando,
En que hubiese sido mi vida sin conocerte,
Hay va mi corazón de puerta en puerta,
Esperando y tocando, tocando, y tocando
A la merced de la suerte.
Que frio que siento,
Solo en imaginar el momento,
El momento que vivimos,
Aun si fue prohibido, prohibido todo lo que nos dimos.
Esa piel blanca,
Blanca como la nieve,
Esos ojos que penetran mi alma,
Y mi alma que se conmueve.
Y que suerte la de estar, aquí acariciándote
En un caminar de fuego en mi cama,
No me dice que me ama,
Aun así lo das todo para complacerme.
Esos dos lunares bajo tus labios,
Ho que labios para ser besados
Ese olor que impregnaste a uva,
Ese olor que nunca olvidare,
Ese momento que no desperdicie,
Ese instante que te valore.
Y ahora que hago, rubia;
Rubia cuerpo y rostro de muñeca,
Me dejaste tendido y con rabia,
Por no poder disfrutar tu belleza.