Abismos
Tú
La vida
Un tiempo atrás nos separamos
Me dueles tu sangre en mis costados
Una serpiente descubre el mapa de su piel.
Doce nocturnos y un vaso aíslan la enfermedad.
La serpiente se extrae una epifanía para cuidarnos de su noche
el mapa es una necrópolis de mentiras.
Estamos libres en el espacio
/es/
una bodega con paredes de cristal y suelo de arena.
Se inicia el oficio de pecarnos.
Tu voz: el silencio de señalar el blanco de las cosas
Imitemos el objeto en los sucesos de sus partes.
No llego a ti
en el sitio de tu alma
en mi pecho.
No llego y estás en mi sueño.
La lluvia es una alondra hacinada en tu ventana
Te comías su mendrugo quebrando tus dientes.
La lluvia se condensa en tus manos
Me voy de tu herida
No hay sangre
Una arritmia se ha quitado la vida
Eras tú.
Caminas
A tientas, desesperado,
Escalas la burbuja del cielo
Y no alcanzas a mis párpados.
Cuánto amor se ha secado en el patio trasero.
La mañana tiene asma, una aguja cose mi alma
No respira el mar de mi garganta
Los hilos tienen partes de mí
Te amo una vez más
Para qué
No hay respuesta en el rito de olvidarnos
No hay olvido, un amor quiso amarnos
Nos fugamos a otros brazos
El corazón tiene un manicomio de nombres inventados.
Tú, tierra que no sepulta su muerte.
Ven a mí
Atiende a la catedral sin invitados a la siesta eterna.
No
Quédate ahí
Deja a mi mentira lavarse el rostro
Sin maquillaje no tiene pena de reconocerse.
Era el amor esta costumbre de tener los miedos despiertos
era el amor una hoja tirada en
cualquier lado donde no haya palabras
una poesía golpeando sus manos
esgrimiendo la locura en un acto que se tuerce en los músculos
regenera el hábito y se escuda en el epíteto del fracaso.
Abismos
no era amor
era la manecilla girando en el vaso.