Quiero sacar dentro de mí
todas mis penas
para echarlas al viento
en su raudo soplar,
que en un fuerte remolino
queden destruídas
para así poder saber,
que me he librado de ese mal.
Si acaso quedara
algún vestigio de ellas
en un negro crespón,
a una gaviota entregaré
y le pediré que vuele,
sobre el oceano mas profundo
y las deje caer, para que ahí
queden ahogadas
por si acaso a mí, quieren volver.