Gracias hijo,
por ayudarme a descansar
mis penas en tu hombro,
por alzar la voz
para hacerme callar
mis arrebatos.
Gracias hijo,
por ayudarme a pensar,
por querer ver en mí
a alguien que quiere mejorar,
por ayudarme a sonreir.
Gracias hijo,
por adelantarte a mi paso
antes de caerme,
porque muchas veces me has
ayudado a levantar.
Gracias hijo
por permitirme ser tu amiga,
por acariciar mi corazón
con tu alegre presencia.
Gracias hijo
por ser como eres,
por no sentir miedo ante nada,
por enfrentar con firmeza
tus decisiones.
Y sé,porque lo siento,
que todo cuanto te propongas
obtendrás...
porque eres alma de acero
en esa mirada infantil.
Gracias Dios mío,
por prestarme un ángel
que llegó a mí,
alegrando mi caminar.
YOLANDA BARRY.