Tengo tanto que aprender de tu cuerpo…
desde cuántos “te quiero” caben de oreja a oreja
hasta cuántos palmos miden tus caderas.
Y con qué fuerza debo apretar tu cintura inquieta.
Con qué caricias cierras a la luz tus ojos...
Y cuántos besos mides de hombro a hombro...
Tengo tanto por conocer de tu cuerpo
si debo morder ese lunar de tu cuello.
Despacio quiero conocerte tanto,
aprender lo que ignoras de tu cuerpo...
al latir tu corazón entre mis manos
y tu piel apretada entre mi pecho.