¿Quién envía el aliento
de los árboles
que refrescan ésta ardiente tarde,
el acalorado cuerpo?
Te meces entre el tabachín,
vestido de verde,
y siento tus besos
en la cara, en el tórax.
Me perciben dos perros
de la casa,
y se desgañitan
por que los vaya a saludar.
Mientras, la frescura
sigue circulando,
y yo tumbado en la entrada,
sobre el piso de mosaico,
tan caliente como el medio ambiente.
En tanto, espero no se que,
o a que pase el tiempo.
me fijo en ese ropaje
que me da su sombra.
Sin humedad, no llueve por acá,
zona desértica,
donde el sol se pasea,
sin ningún paraguas de algodón,
desde el amanecer,
hasta que anochece.
Y tu vestimenta es tan tupida,
que se me antoja esconderme
entre tus ramas
y la mente vuela cuando niño,
donde el juego era encontrar
al escondido compañero.
Y así te ocultas también tu,
y tus alegrías
me llegan en las palabras,
las leo, medito,
y a veces entiendo,
la vida da, yo la interpreto.
Otras, como ahora,
me llega como un pensamiento,
de aceptar mi condición humana,
tan variable en su comportamiento.
Como tus ramas que se mueven
por todos los rumbos
por efecto del viento,
de la vida, del amor.
Deja verte con más detenimiento,
tus hojas compuestas y bipeptinadas,
son como abanico que mueve
el aire en su cara,
Tan sonriente, tan amorosa,
cuando estamos
disfrutando del amor.
También tus ramas
dan sombra
a mis acaloradas emociones,
y poco a poco se refrescan
al irme escondiendo
en su follaje.
Y ando como un verdín,
cantando y saltando
de rama en rama,
probando lo que tienes
sólo para mi.
Me gusta cobijarme en tu árbol,
compartir nuestro
aliento en un beso,
asirme a tus ramas.
Pegarme y abrazarme de tu tronco,
y dejarme acariciar
por tu corteza
en toda mi piel.
Árbol mío, aquí está Él,
y le amo a través de ti,
cada que estoy bajo tu fronda,
descanso y me impregno
de su esencia.
Y es tan maravillosa,
que me llena de ganas de vivir,
acompañado siempre de ti.
EL POETA DEL AMOR. 2012.
CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.