Siempre supe que llegarías;
hoy me premia mi esperanza
aquella que nunca ha muerto,
aquella que sabía que existías
y que vendrías a mi vida.
No fue vano el tiempo de la espera
no fue inútil mi sueño de encontrarte
y por fin han muerto ya
mis horas solitarias.
Desde hoy se han terminado
mis noches de nostalgia,
mis días de tristeza,
desde ahora y para siempre
mi corazón antes vacío
está lleno de la luz de tu mirada.
Ya nunca más
habrán momentos de amargura,
ya nunca más sonreiré por fuera
y lloraré por dentro,
ya nunca más mi sonrisa
será mezcla hipócrita de circo y de comedia.
Ahora,
mi amor por tanto tiempo reprimido
busca con ansias salir de su letargo
y entonces mi ternura se desborda…
Te lleno de besos, y caricias
y el júbilo me invade
por eso estas lágrimas de felicidad
porque tu amor por mí
se siente, se percibe,
porque en la total entrega de tu boca
pruebo la dulzura de tu alma.
Porque al encontrarme en tu mirada
hallo la nobleza de tu espíritu,
porque al sentirme solo y abatido
tu pecho es mi refugio
y tus palabras sabias
mis mejores armas.
Porque en el cantar que hay en tu risa
vive mi alegría
porque cuando lloras agonizo
porque en las suaves líneas de tu cuerpo
mi mano encuentra paz y calma,
porque cuando me tocas,
me besas, me acaricias
estalla en mi un río de emociones
que se desborda,
que inunda mis adentros.
Puedo sentir, palpar, tocar tu amor
y entiendo entonces que tú también
me estabas esperando
porque somos dos corazones locos
que se miran a los ojos
que se buscan en los labios
ese beso por tanto tiempo postergado.
Hoy después de tanta espera
mi inquebrantable fe
de encontrarte en mi camino
ha sido bien recompensada.
Ya estás en mi vida y...
no he de perderte por nada
prometo amarte
adorarte y respetarte,
hasta mi último hálito de vida,
porque has llenado
de colores y de luz a mi existencia
porque eres mi arcoíris,
mi señal de paz
después de la tormenta.