Fuerza y emoción;
intenso sentimiento que sale del corazón.
Su canal ha encontrado dentro del amor.
No se detiene ante el dolor.
Sòlo puede ver fijamente
que la vida se vive intensamente.
Desprecia todo tropiezo.
No atiende razones que le digan:
“¡No toques eso!”
Rostros como de muertos;
seriedad inexpresiva, ojos negros.
Mirada llena de juicio,
odio escondido, y de amor ningún indicio.
La luz de la alegría me llama,
con el canto de los pajarillos cada mañana.
¡No te detengas, no desistas,
todo está bien mientras existas!
Es lo que quieres
lo que tú eres.
Sé que a nadie daño al existir;
mi individualidad quiero vivir.
Pero constantemente me lastiman
los que lo que hay en mí abominan.
Su soberbia e insensibilidad
la vida intentan apagar.
Contra tal amenaza
la pasión el apagar la vida rechaza.
Vence todo obstáculo,
desafiando el frío cálculo
del alma apagada
que ya no desea nada.
Pues verme morir
sería lo único que les haría sonreir.
No, no puedo apagar mi corazón,
cada día se enciende de nuevo la pasión.
De lo más profundo del alma
la más pura expresión.