Liberal y hermosa eras,
como mañana temprana
o cual sutil rosa que engalana.
Sólo me queda la añoranza
de que cierta vez,
mi alma sintió placidez.
Aunque nunca fuiste mía,
eras mi ensueño,
deseaba ser tu dueño...
Eras dulce como las uvas
blancas del mes de Abril.
Tus ojos, que ostentaban
un color del arco iris,
brillaban como un candil.
Me cautivaba como una aurora,
tu risa franca y feliz.
Eras lejana y fría,
pero aun así, eras mi fantasía...
Adolfo César Marcello
Seudónimo: NAZARENO
Tucumán - Argentina