Quise escribir contento
un poema infantil;
ya llevo seiscientos
y no paro de escribir.
Salieron uno tras otro;
uno, dos, tres,
galopando van como potros
recordando mi niñez.
Seiscientos poemas
¡Qué gran alegría!
La lluvia serena
de mi poesía.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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