Aquí está, no se va,
me acompaña en el día,
también de noche
y en el simbolismo de los sueños.
Es, cuando viene,
como una ligera corriente de aire,
que penetra y me refresca.
Esa presencia me ofrece
una sensación de placer,
en la mente, en el cuerpo.
Es como la ola
que termina desmayada en la playa
y su espuma se desvanece
por toda la piel.
Así es, el silencioso
vuelo del pensamiento en ti.
Ahora se avecina
como un huracán de viento,
encrespado, con torrentes de agua,
que barren la orilla
y grita con fuertes lamentos,
que cimbran el cuerpo, el alma.
Dos contrastes,
el apasionamiento suave,
como el tranquilo vuelo,
planeado de una gaviota
en mi mente,
o es un torbellino
que te estruja
y desesperado quiere alcanzarte.
El primero es un amor sereno
una ola que me inunda
y hace sumergirme
en la tranquilidad del mar.
El segundo,
la tormenta del amor
que me envuelve
y me convierte en río
que viene zumbando
y arrastra en su cause
mi corriente ardiente.
Se desboca, se derrama
e inunda a tus márgenes.
Los dos son parte
del mismo sentimiento
en continuada transformación,
la alquímica por ti,
carbón cristal,
cristal carbón.
EL POETA DEL AMOR. 2012.
cabo san lucas, bcs. méxico.