Siempre esquiva, dudosa
talvez con miedo
retrasando la hora del amor
evitando lo inevitable.
Porque tarde o temprano
mis brazos rodearán tu cuerpo
mis labios besarán tus labios
me amarás
y pedirás que lo haga nuevamente.
Es inevitable que tu cabeza
descanse en mi pecho
y que tus ojos tomen un brillo de sueños,
que tú y yo durmamos en el mismo lecho
y que enredados se quemen nuestros cuerpos
Y cuando leas estos versos
pensarás que lo que escribo es cierto:
que tarde o temprano no evitarás lo inevitable.