No me importa
si a los árboles
les da por cuadrupear
y ladrar a los pájaros.
Me importa un bledo
si a la luna le sale barba
y se afeita con las olas del mar.
No es mi asunto
si la suma se sale de cuentas
sin dar a luz un resultado exacto.
Me tira de la cola
si el reloj pierde el tiempo
dando las horas.
Me la trae floja
si los otros poetas
cuentan sílabas
con los dedos
o cuentan pedos
o si riman mañanitas
o si comen gusanitos.
Me es indiferente
si me la pegas
con el Chavo del Ocho
o con el hijo antisistema
de Chuk Norris.
Me la refanfinfla
si tu pupila es azul
y tu piel de perlas
o si ganseas al andar
con joroba de camello.
Me tira del ala
que tomes jarabe
para la tos
o que la tos tome jarabe
contra ti.
Paso de
si le salen arrugas
a la Mona Lisa
o si es para Pepa
y no para Elisa
¿ qué dices, Beethoven ?
Me da igual
si al mundo
le sale un Bin Laden
por las orejas
o una almorrana islámica
en el paralelo 36,
si la Bolsa baja a por tabaco
o sube a por uvas,
si Carlos I de Inglaterra
es marica
y Camila Parker
el Hombre Lobo disfrazado
de petarda,
parecer lo parece
Me la suda
si Bergoglio
se sube a la cruz
como Jesús
o a la parra
como la serpiente.
Me importa un comino
si Colón descubrió América
o fue Dixan,
o Ariel
o Micolor
que lava la ropa
que es un primor.
Lo único que me importa,
es mi mala suerte,
esta de vulgari eloquentia,
esta tragedia moderna
que me acontece,
que me tiene el phato
hecho un pato
y que es superior en desventura
a Edipo Rey,
a Edipo y la Esfinge
a Edipo en Tebas,
a Edipo en Colono
o a Edipo en chándal
y con dolor de muelas.
La terrible causa de mi desdicha,
de mi infausta pena
es que la tele no funciona
y no puedo ver el futbol.
¡ Oh, electricistas del mundo !
¿ por qué me habéis abandonado ?