Aquí en la costa de Murcia, en Macarrón
Quizás me haya despertado una sirena,
Del fondo de mi mar, con mucha ilusión,
Gracias mi sirena del mar y su arena…
Ayer me vine a pasar la semana aquí
Y dentro de este silencio aunque haya gente,
He vuelto a sonreír con mi Mujer y mi Modesto
Como una ola de viento fresco e intermitente…
Ya que por la enfermedad que Mi Hijo mayor
Siempre está presente, en este dolor Paternal,
Que se adentra en el alma y muero de fervor,
Pensando en su silencioso Autismo, infernal…
Por lo demás esto si son vacaciones de verdad,
En la isla del Puerto de mis playas de Mazarrón,
Las horas se hacen cortas en esta nube de bondad,
En este divino edén, donde nos ayuda, nuestra unión…
De Padre Mujer e Hijo, un placer lleno de eufemismo
Todo cabe, en el corazón de cada ser y su espíritu,
Esto es un avance de estos días preciosos y calladísimo,
Por donde navegan los barcos de mi ilusión, e inquietud…
¡Que dulce semana Santa sin el alboroto de las procesiones!
Aunque esta tarde vamos a ver la del puerto, en la orilla del mar
Que saluda con su oleaje a los pasos, que dibujan las estaciones
Que vivió Jesucristo cuan do fue crucificado y nos supo perdonar…
Yo le lloro por adentro al escuchar la música en su caminar,
Nazarenos que llenos de gracia llevan en alto las esculturas,
Que representan lo que hace dos mil años quisimos crucificar,
Desde entonces los mismos romanos, le rezan sin cesar…
Porque vieron su morir y su resucitar y comprendieron su mal
Y como Dios y su hijo Jesús, son el perdón de nuestra eternidad,
De hecho el Vaticano está construido en tierra santa y Papal,
El Papa Francisco1, nos devuelve la alegría, a toda la cristiandad.
¡Gracias Dios mío, por estas vacaciones y aunque estoy Jubilado, estos días me he sentido, agraciado!
Modesto Ruiz Martínez /jueves, 28 de marzo de 2013