Aquel beso traicionero que una vez existió
marcó pauta en la historia de un hombre,
que en la mejilla de Él se posó y jamás lo deseó;
no fue necesario pronunciarle su nombre.
Beso, cuenta la historia, de avaricia y poder
para un hombre que amaba y así lo esperaba,
miseria humana y culpa hubo, por no ser como Él;
un discípulo que a la muerte lo entregaba.
Hombre de poca fe que hubo de traicionar,
que a la luz de todos no supo creer en Él,
traicionó la palabra por oro ambicionar
y traicionó sus principios siéndole infiel.
…Y páginas de historia se continúan firmando…
traiciones y avaricias van dejando semblanzas
de hombres de fe que su testimonio van llevando
y otros detrás, que van mutilando su confianza.
Y aquel beso, beso traicionero que hizo historia,
hoy por hoy, galopa haciendo al mundo más profano,
y siendo, que el mismo Dios nos cobija con su gloria,
¿seguimos tú y yo en la saga, traicionando al hermano?