Bajar al día del suelo
acostarnos
escuchar cómo crecen
y crecen
las flores
las plegarías
herirnos de verde el ser,
el pueblo.
Inflamar el DNI y el beso
de sed
allá
donde están matando los sacrificios
y Dios se muere de testigos
existirnos
existirnos
la risa
el llanto
hasta que todas las ventanas del mundo
te amanezcan el grito del alma.