Empieza a oscurecer el día
las calles se quedan en silencio,
empiezan a sentirse los pasos
de los costaleros,
En sus hombros llevan
A su virgen con lágrimas en los ojos
Paso firme y lento su virgen se va
Meciendo muy despacio,
Van pidiendo a dios fuerza para continuar.
Acompañada de los nazarenos
Con su cara cubierta un cirio en la mano
Es la única luz que acompaña a la virgen
Las calles siguen en silencio,
Solo se sienten suspiros
Se ven lagrimas correr por las mejillas,
La emoción y la devoción inundan sus corazones
Se rompe el silencio con una hermosa voz
Los costaleros empiezan a aflojar el paso
Hasta parar delante de ese balcón
Que a oscuras se oye esa saeta salida del alma
Nada se oye un silencio absoluto,
Todos escuchan con el alma,
Acaba esa saeta, los costaleros
Vuelven a levantar a su virgen
Subida en su trono, alumbrada
Con velas blancas, los ojos de la
Virgen parece brillar, incluso parece
Que se le escapa una lagrima
De ver la devoción de los hombres allí presentes
Levantándola al cielo,
sacando fuerzas de sus corazones´
así calle por calle, como cada año
la devoción la lleva cada año en su alma.
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