Como todas las mañanas frías de invierno
con alertas de tormentas de nieve.
No nos queda más que quedarnos en casa.
Buscando calentar mi cuerpo
preparo un delicioso té de limón;
curiosamente salgo unos instantes
con mi tasa en la mano
y pasa el cartero,
pero no deja nada…
Miro el cielo y el clima párese que empeora más.
De pronto, regresa el cartero y me llama…
- ¡Sr., Montes¡
Disculpe usted entiende las letras de esta carta?
Aparentemente viene de (Italy) (Italia)…
Sorprendido le respondo…
- …Debe ser un error, yo no conozco a nadie en Italia…
-…No Sr Montes, (afirmo el cartero cortésmente)
Indudablemente esta correspondencia es para usted.
Mire…tiene su nombre completo y la dirección
coincide correctamente con la suya…
La deposita en mis manos y se despide presuroso.
Pensativo regreso a cubrirme de la nieve,
me siento en mi sillón favorito meditando unos segundos
si la abría o no…Al cabo de unos instantes;
decido abrirla y con mucha curiosidad
logro descubrir un papel arrugado
y escrito con diferentes tintas de pluma,
con palabras mal formadas y en dos idiomas
español e Italiano, y comencé a leer…
-Sr, Montes, me atrevo a escribirle para agradecer y decirle que tengo su libro en mis manos.
Paso A contarle que me encontraba en ese instante
Bajo el efecto de las drogas y el alcohol
en un oscuro callejón donde estaba decidida
a quitarme la vida, y encontré su libro en una maleta aparentemente esta había sido robada
y depositada en la basura encontrándose dentro de ella solamente un libro, el cual decidí leer antes de llevar a cabo mi determinación de quitarme la vida.
Le comento que primeramente leí algo de amor y pensé...
(el amor nunca nació para mi) y más ganas renacieron de morir. Más me repuse de momento y proseguí con la lectura
y leí una reflexión…Algo sucedió en mi que me hizo llorar toda la noche hasta regresar al lugar donde solía dormir. Releyendo la misma reflexión hice una oración a Dios.
Cosa que ya había olvidado desde que mis padres perecieran en un trágico accidente. Y poniéndome de rodillas; pedí a Dios que me sacara de mi letargo,
quedando dormida sin saber en que momento.
Al día siguiente nació el sol para mi.
Me sentía diferente, fresca, renovada
y busqué ayuda, comencé a buscar trabajo
y ese mismo día felizmente conseguí trabajo
en una estación de autobuses.
¡No lo podía creer¡
Recordaba mi oración y daba gracias a Dios.
En los días siguientes sufrí la dura batalla
de dejar mi adicción al alcohol y las drogas
y con mis primeros cheques de sueldo,
pagué mi rehabilitación.
Una mujer de ese lugar me rento una habitación en su casa,
olvide del libro pero jamás de la oración que hice aquella noche. Tiempo más tarde conocí a un joven en mi trabajo,
del cual me enamoré y quien me pidió en matrimonio.
Estoy tan feliz, quisiera que mis padres me vivieran.
Ellos estarían orgullosos de mí.
Ya no estoy sola, la señora con la que vivo
a organizado todo para la ceremonia nupcial.
Estoy tan feliz que aún no puedo creer lo de aquella
Noche…Una oración bastó para cambiarme la vida.
Y usted se preguntará…
-Donde encajo yo en esta historia de vida?...
Usted ha sido el puente de palabra en mar de mi agonía que a través de su libro me acercó a Dios.
Lo he buscado, no me fue fácil dar con usted, hasta que conseguí esta dirección según la editorial.
Espero que reciba mi carta, la misma es una invitación a mi boda. Y quién lo creería que una reflexión fuera capaz de cambiarme la vida, y sobre todo de conocer la verdad y el camino de la luz a Dios….)
-…De repente me di cuanta que lloraba, imposible seguir leyendo, sequé mis lágrimas y… ¡desperté¡ Al fin de cuenta todo aquello había sido un sueño.
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©2012 Carlos Montes Guerrero