Soy el balbuceo producido por tu lengua y tu garganta
que en tu niñez significa tengo hambre.
Soy la lirica del alma en canciones de amor,
desconsuelo, ilusiones, esperanzas y ensueños.
Soy la caricia que arrulla al oído del corazón endulzado por el verso.
Soy la promesa palpitante que vuela en el viento
para reposar en el corazón dormido al amor, de la doncella indiferente,
con la magia de hacerles volar en la tierra de´´ nunca jamás´´.
Soy la negación enérgica de lo innegable,
Soy el´´ no puede ser cierto´´ de tu realidad.
Soy el llanto hecho gemido,
acompañado con gotas de lluvia en la cuenca de tus ojos.
Soy el sonido de cascadas que desciende a las rocas;
las innumerables gotas chocando y haciendo estruendos
entre relámpagos de diversión y alegría.
Soy la endecha del corazón dolido y el ultimo adiós indefinido
del amado ser que con alas de águila vuela al firmamento.
Soy tu verdad y tu mentira,
soy las objeciones de tu temor,
Soy la excusa de tus sueños inconclusos
y la justificación de tus malos procederes.
Soy la sentencia que acusa lo injusto,
lo inmoral y lo indecible.
Soy la recompensa no tangible
de quien te da la mano y te ayuda.
Soy la absolución y tu perdón
de aquel que te ofendió.
Soy el ave que sale hacia el cielo,
y se acerca a los oídos de Dios,
que se queda al estrado de su trono como libación,
como gratitud, como petición, como oración.
Soy el retrato inconcluso de tu alma,
soy lo que dejas ver...
Soy tu voz...
Oscar Z.